sábado, 13 de junio de 2009

Hendrix, Miles y el disco que no fue



Jimi Hendrix y Miles Davis se conocieron en una peluquería. Jimi amaba su pelo y Miles amaba el pelo de Jimi. Así empezó todo. Claro que la música de ambos ya estaba rumiando en sus cabezas. Hendrix estaba en la cima y Miles estaba revolucionando el jazz. Era 1969 y las drogas y el alcohol estaban muy presentes en sus vidas. Miles y Jimi empezaron a salir juntos con sus respectivas novias. Iban a bares y la pasaban bien. “Nos dieron una mesa en la esquina, e incluso nos taparon con una cortinilla para que pudiéramos fumar un porro. Nos sirvieron vino y pusieron música de Jimi por la megafonía”, recordó la ex del guitarrista, Carmen Borrero, sobre una de sus visitas al exclusivo Small´s Paradise, el célebre nightclub de Harlem.

Jimi empezó a comprar discos de jazz y Miles estaba completamente enloquecido con la música de Jimi. “Es esa Machine Gun maldita e hija de puta”. dijo luego de escuchar a Band of Gy
psys. Así se fue gestando la idea. Jimi y Miles grabarían un disco. A Jimi le importaban muy poco las formalidades y los contratos, así que acordó un día con Miles para juntarse a grabar y le dijo a quiénes quería en la rítmica: nada más y nada menos que a Paul McCartney en bajo y a Tony Williams en batería. Había un problema de todos modos. El dinero. El maldito dinero. Parece que Miles estaba un poco celoso de lo que ganaba Jimi, así que trató de negociar con el manager de Hendrix, Michael Jeffrey, que le adelantara algunos miles de dólares. Pero no hubo caso. Así, la codicia frustró lo que tal vez podría haber sido el mejor disco de la historia del jazz y el rock.

Igual hubo un afortunado. Su nombre: Terry Reid, un amigo inglés de Hendrix. En la biografía sobre Jimi de Charles Cross, Room Full of Mirrors, Reid contó que una tarde estaba en el departamento que Jimi tenía en New York cuando llegó Miles Davis. Los dos se encerraron en una habitación y empezaron a tocar. Trompeta con sordina y guitarra acústica. “Era auténticamente precioso, se trataba de una interpretación de buen gusto, nada ostentosa ni exagerada. En el contexto del jazz, Jimi no dejaba de ensanchar los límites, y todos aquellos tipos del jazz lo respetaban como a nadie más en el mundo del rock”, dijo Reid.

Poco después se cruzaron en el Festival de la Isla de Wight. A Jimi le quedaba muy poco tiempo de vida. Miles estaba más vital que nunca. Llevaba un año presentando Bitches Brew, su disco más innovador, con John McLaughlin en guitarra, a quien Miles le dijo: “Quiero que toques como Hendrix”.

En el tiempo que duró la relación, Miles y Hendrix compartieron muchas otras cosas, como a Betty Mabry, la esposa de Davis, quien tuvo mucho que ver en aquél primer encuentro capilar. En cuestión de imagen no sólo fue el peluquero lo que los unió. Miles cambió su vestimenta formal por una más extravagante gracias a la influencia de Hendrix. Para el célebre bajista Dave Holland, “Miles se había enriquecido profundamente de la música de Hendrix”. Es una explicación lógica si se analiza su música a partir de 1968 o 1969. En su biografía sobre Miles, Ian Carr cita una opinión del tormpetista: “Hendrix no sabía nada de música modal, era sólo un músico innato; sabes, no había estudiado, no le importaba nada el mercado”.

Hendrix murió el 18 de setiembre de 1970. Miles asistió a su funeral y quedó devastado, a tal punto que fue al último entierro al que fue en su vida.

2 comentarios:

Andrés dijo...

Conocía la historia del disco frustrado de Miles y Jimi, pero nunca había leído algo con tanto detalle. Muy buen post.

Un abrazo

Unknown dijo...

Ese iva ser un gran disco quien sabe lo que iva salir de ahi de esa mix de jazz y rock quiza porque no blues