martes, 24 de agosto de 2010

Lanzamientos de agosto

Gov't Mule – Mulennium. Este álbum triple en vivo fue grabado en Atlanta la noche del 31 de diciembre de 1999. Los Mule, con un magnífico Warren Haynes a la cabeza, recibieron el nuevo milenio con un recital explosivo y memorable para los que estuvieron esa noche allí. El trío, nacido del riñón de los Allman Brothers, siempre se caracterizó por su forma visceral de llevar el blues a nuevas dimensiones. Este álbum es una reivindicación de su estilo único. Mulennium está dividido en tres partes. En la primera, hay seis temas de la banda y cuando se acerca la medianoche se zarpan con versiones de King Crimson, The Who y Led Zeppelín. El segundo disco, en los primeros minutos del año 2000, tiene una cara más blusera con la participación del legendario Little Milton. El último es un festival de covers: Power of soul, de Hendrix; Helter skelter, de los Beatles; Thirty days in the hole, de Humble Pie; Out of the rain, de Tony Joe White; I shall be released, de Bob Dylan; y Simple man, de Lynyrd Skynyrd. La última parte con Audley Freed, guitarrista de los Black Crowes, como invitado. De lo mejor de la banda.

Duke Robillard - Passport to the blues. Este es el primer disco en diez años en el que Robillard incluye todos temas propios, a excepción de uno: un cover de Tom Waits. Las canciones son un mix de blues de Chicago, swing, un toque de jazz, shuffle texano y boogie. La guitarra suena exquisita y su voz rasposa. Alternan solos de armónica, una sección de caños y un piano sutil. Robillard lleva muchos años en el ruedo. Fundó Roomful of Blues, editó decenas de discos y tocó con Bob Dylan, los Fabulous Thunderbirds, Herb Ellis, J. Geils y Waits. Todo eso lo hace hoy uno de los guitarristas más versátiles aunque con un fuerte apego a la tradición. En su paso por Buenos Aires dejó demostrado que lo que habíamos escuchado en sus cd’s no era una mentira. Hoy, con Passport to the blues, nos invita a viajar por distintas épocas y estilos de la música que ama.

Dr. John – Tribal. La primera vez que escuché a Dr. John quedé completamente hipnotizado por su voz. Hoy, casi veinte años después, cada vez que pongo unos sus discos me vuelve a pasar lo mismo. Es un cantante extraordinario y conmovedor, ya sea entonando un blues, un canto indígena, un funk o un R&B. Dr. John es Nueva Orleans y la herida de Katrina lo marcó a fuego. Sus últimos álbumes estuvieron inspirados en la tragedia y sus consecuencias. Pero aquí, en Tribal, Mac Rebennack no deja del todo las letras comprometidas pero se concentra más en su historia musical, su arraigo y su mito. Por momentos suena al Night Tripper de los setenta. Escarba entre las raíces de los ritmos de su tierra: When I'm right, I'm wrong, Pontah o el tema que da nombre al disco. En Manoovas, llueven collares de colores desde los balcones de una casa de Bourbon Street. La guitarra de Derek Trucks hace surcos entre la voz de Dr. John. Gran disco.

The Black Crowes – Croweology. Los Black Crowes son puro rock clásico sin parches ni parafernalia. Creo que ninguna otra banda tiene un sonido tan personal y setentoso como el de ellos. Con este álbum doble en vivo, en el que celebran su vigésimo aniversario, lo dejan bien en claro. Croweology es esencialmente acústico, mucho más relajado y suave que los anteriores discos de la banda. Como dice la reseña de Allmusic.com: “Se trata de veteranos experimentados que siguen buscando nuevas formas de tocar las mismas viejas canciones”. En She talks to angels o Wiser time la soulful voz de Chris Robinson se desliza melodiosa. En Remedy, los solos de Luther Dickinson y los coros acercan al sonido más típico de la banda. Good Friday se parece más a un blues tocado por Pink Floyd y Downtown money waster tiene violín, banjo, slide, armónica y mucho Mississippi. Todas las canciones están geniales. Los fanáticos de la banda van a flashear. Pero a los que no hayan escuchado tanto a los Crowes tal vez el disco les resulte un poco largo.

Los Lobos - Tin can trust. Hace treinta años que tocan juntos y son la expresión cultural del Este de Los Angeles, esa convergencia de espíritu latino con el sentimiento impostado de gringo wanna be. Su música es un verdadero arco iris de ritmos: rock, tex-mex, blues, country, rancheras, funky, canciones mexicanas y ritmos latinos. Este álbum es la voz del hombre desesperado, arrasado por una económica impiadosa y avasallado por la realidad del desencanto del sueño americano. César Rosas y David Hidalgo están hermanados desde siempre y con cada disco reafirman que son una sociedad invulnerable. Diez de los once temas de Tin can trust son propios y hay un cover de Grateful Dead: West L.A. Fadeaway. El bonus del disco es la participación en guitarra y coros de Susan Tedeschi.

3 comentarios:

Rodrigo Cañas dijo...

Ya mismo me pongo en campaña para conseguir el govt mle. Es la mejor banda de los ulmos triempos

Hernán Rojas dijo...

Los venden acá esos discos?

Roberto Monsalvo dijo...

‎"compre" Croweology. buen disco y sintesis de 20 años. abz dado