martes, 21 de diciembre de 2010

Recordando al Rey Albert

Albert King integra el podio de los grandes de las seis cuerdas del blues junto a los otros dos King –B.B. y Freddie- Buddy Guy, T-Bone Walker, Otis Rush y Magic Sam, y para muchos incluso fue el más grande de todos. Hoy, a 18 años de su muerte, es una buena oportunidad para recordarlo.

Lo primero que supe de Albert King fue en 1990. Como muchos, supongo, de entrada pensé que tenía alguna relación de parentesco con B.B. King. Pero esa duda la evacué al conseguir una de esas extensas y pesadas enciclopedias de blues. Para entonces ya había escuchado una y otra vez los dos primeros discos suyos que me había comprado: el compilado King of the blues guitar (Atlantic) y Albert King live (Charly Blues Masterworks). En febrero o marzo de 1992 me enteré que Albert King venía a la Argentina y, sin dudarlo, compré la entrada. El 8 de mayo de ese año asistí con mucha expectativa al Gran Rex para ver a una leyenda viva. Hasta ese momento yo apenas había visto un solo recital de blues (B.B. King en el Luna Park) pero ya estaba completamente perdido entre los doce compases.

Esa noche fui con un par de amigos. Habíamos comprado cinco asientos en la fila dos del súper pullman. Primero disfrutamos con el blues acústico de Taj Mahal y luego subió al escenario el Gran Albert. Ahora los detalles de aquella noche mágica son un tanto difusos. Pero recuerdo que quedamos fascinados con su sonido y con sus solos tan personales. Algunas de las canciones que tocó fueron The sky is crying, I wonder why, Stormy monday, Kansas City, I’ll play the blues for you y Born under a bad sign. Fue una noche memorable, la llave a muchas más noches de blues.

Su muerte ocurrió pocos meses después de su visita: tuvo un infarto a los 69 años. Cuando su corazón estalló, él todavía seguía activo, tocando regularmente en distintas partes del mundo. Su deceso no detuvo su fama, una fama que no es la de una celebrity, sino que se sostiene por el prestigio obtenido durante su carrera. Albert King influyó a músicos revolucionarios de la historia del rock como Hendrix, Clapton y Stevie Ray Vaughan e infinidad de guitarristas alrededor del globo. En la Argentina hoy hay muchos músicos que se inspiran en sus canciones y en su forma de tocar y que lo celebran semana a semana tocando en vivo.

Su historia fue como la de muchos otros músicos de su generación. Albert Nelson nació el 25 de abril de 1923 en Indianola, un pequeño poblado de Mississippi, el mismo en el que nació B.B. dos años más tarde. De chico recogió algodón en Arkansas y se formó musicalmente escuchando a viejos maestros como Jimmy Reed y Lonnie Johnson. Su particularidad fue que desarrolló un estilo muy personal para tocar la guitarra. Como era zurdo y aprendió con una guitarra para diestros y entonces comenzó a tocar con las cuerdas invertidas, algo que nunca más modificó. Albert King tuvo su periodo errante, emigró hacia el norte y tuvo su etapa de éxito. Estuvo en Indiana, St. Louis y Memphis. Grabó para distintos sellos discográficos, pero seguramente sus trabajos más trascendentes son los que hizo para Stax. Junto a su guitarra “Lucy”, una formidable Gibson Flying V, acercó el blues al soul y al funky, logrando una fusión que ha perdurado en el tiempo, y que cautivó también a un público muy rockero. Sus mejores discos de esa época son Years gone by (1969), el tributo a Elvis Presley (1970) y I’ll play the blues for you (1974). Durante los ochenta anunció que se retiraba de la música, pero eso duró poco y enseguida volvió al ruedo, básicamente a las giras.

Como figura en el sitio All Music: “Sin Albert King, la guitarra moderna no sonaría como lo hace”.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

muy pero muy bueno el blog.
hay algun buen show de blues para el 2011 en bs.as? yo soy del interior y me gustaria saber con anticipacion para programar el vieje.

Martín Sassone dijo...

hola, se viene Chris Cain en marzo

Lalo dijo...

un grande sin dudas

Unknown dijo...

TUVE EL PRIVILEGIO DE PODER VERLO. FUE INCREIBLE. SU PRESCENCIA... EL SONIDO... INCREIBLE.