sábado, 9 de mayo de 2020

Redescubriendo a Lonnie Johnson



- "¿Eres Lonnie Johnson? ¿El Lonnie Johnson que grabó Blue ghost blues en 1938?". La respuesta sonó trémula del otro lado línea, apenas un "sí" alargado, inquietante. El que preguntaba era Joe Boyd, un joven entusiasta amante del blues y del jazz, quien junto a su hermano Warwick y a su amigo Geoff Muldaur hurgaban por entonces en lo más puro de la música tradicional norteamericana. Ahí estaban los tres, parados alrededor del teléfono. "¿Podrías venir a Princeton y dar un concierto la próxima semana?". Lonnie Johnson accedió a cambio de un pago de 50 dólares.

En las páginas de su libro Blancas Bicicletas, Boyd rememora el verano de 1960 cuando volvió a su casa de Princeton luego de un semestre duro en la Universidad de Harvard, y se reencontró con su hermano y con Geoff, con quienes compartiría muchas aventuras musicales. En esa época los tres se habían deslumbrado con la serie de discos Encyclopedia of Jazz, del sello RCA-Victor, que contenía temas de King Oliver, Louis Armstrong y muchos más. Fue entonces cuando descubrieron una radio de Filadelfia que de madrugada emitía un programa de blues y jazz, cuando la mayoría de las emisoras difundían sólo música blanca. Una de esas interminables y sofocantes noches escucharon que el conductor, Chris Albertson, anunciaba que Lonnie Johnson estaba vivo y trabajaba como cocinero en un hotel de Filadelfia.

Johnson, que entonces vivía a sólo una hora y media por autopista de donde ellos estaban, era un guitarrista versátil y muy melodioso que había empezado tocando country blues y luego amplió su repertorio al jazz y las baladas. Entre 1925 y 1948 había grabado una cantidad asombrosa de material como solista, a dúo con el guitarrista Eddie Condon o en las orquestas de Louis Armstrong y Duke Ellington. La ruta de su vida era como la de muchos músicos de aquél entonces. Había nacido en Nueva Orleans donde creció con la música a su alrededor, hasta que la necesidad post Gran Depresión lo llevó bien hacia el norte: Chicago, la meca.

Pero en los años cincuenta desapareció del mundillo musical, hasta que Joe Boyd agarró la guía telefónica y tuvo esa breve charla que derivó en una exclamación que arrancó unos cuantos gritos de felicidad. "¡Habíamos contratado a Lonnie Johnson!", recuerda con entusiasmo Boyd. Los tres jóvenes alquilaron un salón y empezaron a difundir el concierto entre amigos y conocidos, a quienes les dijeron que la entrada costaría un dólar. Cuando llegó el día, se subieron a un viejo Rambler y fueron a Filadelfia a buscar a Lonnie. "Delante de un hotel del centro, en el bordillo de la acera, estaba un hombre de pelo gris, impecablemente vestido, con una guitarra y un pequeño amplificador", rememora el autor de Blancas Bicicletas.

En el viaje hacia Princeton, Lonnie Johnson les contó por qué había "desaparecido" en la última década. Al regresar de una gira por Europa, en 1951, descubrió que su novia se había fugado con su dinero, sus guitarras y su colección de discos, y eso lo deprimió, lo dejó muerto en vida, lleno de blues. Su crisis amorosa coincidió con el auge del rock and roll, con Elvis a la cabeza, y quedó afuera del circuito musical como muchos otros bluesmen. Entonces empezó una vida errante que lo llevó a instalarse en Filadelfia, donde realizó distintos trabajos para sobrevivir.

Cuando Joe Boyd, Lonnie Johnson y los muchachos llegaron a Princeton, la sala estaba llena. Al músico no debió sorprenderle que en realidad apenas un puñado de chicos lo conociera vagamente. Pero había una onda especial en el ambiente, un músico con ganas de tocar y un público con ganas de expandirse. Era el comienzo de los sesenta, y mientras por un lado las políticas conservadoras y el "cinturón bíblico" ampliaban la segregación racial, por el otro la música creaba una ambiente de paz multicultural. Lonnie empezó a rasgar su guitarra y "todos quedaron atónitos", cuenta Boyd. Tocó baladas y viejos blues como I cover the waterfront y Red sails in the sunset, y durante el show hasta tuvo tiempo de coquetear con una jovencita negra que se había sentado en primera fila. El concierto fue un éxito. Todos quedaron deslumbrados por la música de Lonnie, por su carisma y por las breves historias que contó entre tema y tema. Joe, Geoff y Warwick habían recaudado 100 dólares y se los dieron al viejo Lonnie, que quedó más que satisfecho y agradecido con los muchachos.

Todavía faltarían diez años para su final: en 1969 fue atropellado por un auto en Toronto, Canadá. El accidente lo postró durante un año hasta que murió el 16 de junio de 1970. Pero durante toda esa década Lonnie Johnson volvió al ruedo con grabaciones para el sello Prestige Records (dejando discos memorables como Blues by Lonnie Johnson, Losing game o Another night to cry), presentaciones en festivales de blues y jazz y un concierto de reencuentro con Duke Ellington en el New York Town Hall. Su carrera no había terminado cuando su novia lo dejó sin sus discos, su dinero y sus guitarras, y mientras Elvis movía la pelvis, él esperaba en modo suspendido... hasta que alguien tomó el teléfono y lo llamó.

2 comentarios:

Santiago Azar dijo...

Falta un detalle sumamente delicado en la nota, que tal vez a muchos no les agrade: Lonnie Johnson fue el arquetipo del bluesman de principios de siglo.
La influencia de Johnson fue masiva, conmovió a todos. Era la estrella que todos querian copiar. R Johnson, Tommy Johnson, B.B.King, etc.
Ahora...que fue lo que hizo que Lonnie fuera tan especial y con un estilo tan refinado y exisito??? la respuesta está en que era un musico con estudio, era un músico de jazz de orquesta. Estudió violín, piano y guitarra cuando era niño y aprendió a tocar varios otros instrumentos, incluida la mandolina, pero se concentró en la guitarra a lo largo de su carrera profesional. "Había música a nuestro alrededor", recordó, "y en mi familia era mejor que toques algo, incluso si golpeas una lata". Nacio en 1898 aprox.Ya en 1917, tocaba en un crucero en el que tocaban de todo. Antes de grabar su primer disco de blues en 1925, en los primeros años de la década de 1920, Johnson trabajó con las orquestas de Charlie Creath y Fate Marable(orquestas de jazz). Toco con Louis Armstrong y en la orquesta de Duke Ellington(tambien jazz). Ahi no tocaba un bluesman rural que sabia un puñado de canciones y tres tonos . Lonnie queria grabar . El dijo que haria cualquier cosa por grabar y se inscribió en un concurso de blues. El ganador grababa. Se presento y obviamente gano!! " dijo: "Supongo que habría hecho cualquier cosa para grabarlo, simplemente resultó ser un concurso de blues, así que canté el blues"... Grabó y se convirtió en el referente a seguir por todos los bluseros de la época. "In 1925, Johnson entered and won a blues contest at the Booker T. Washington Theatre in St. Louis, the prize being a recording contract with Okeh Records. To his regret, he was then tagged as a blues artist and later found it difficult to be regarded as anything else. He later said, "I guess I would have done anything to get recorded – it just happened to be a blues contest, so I sang the blues."
Entonces pienso...imaginense una situacion actual, donde hay un concurso de blues y se presenta un George Benson, un Jef Lee Johnson o Russell Malone.
Seria inadmisible para muchos hoy. Pd. No me crean. Investiguenlo.

Martín Sassone dijo...

Es correcto lo que contas. No está en el texto, porque el eje era cómo lo redescubrieron. Saludos.