sábado, 28 de noviembre de 2015

Re loco


Boogie texano, ritmos afrocubanos y bases electrónicas son los engranajes del álbum debut de Billy Gibbons, el legendario guitarrista de ZZ Top. Perfectamundo es un disco sorprendente y llamativo, tan impredecible como atrapante. A los 65 años, el músico sigue experimentando con las máquinas como lo hizo con el trío en los 80 con Eliminator o hace un par de años con La Futura, aunque ahora da un paso todavía más allá. Vale la aclaración: puristas manténgase alejados de este álbum.

Gibbons comienza con una versión súper animada de Got love if want it, del gran Slim Harpo, para dejar en claro que no hay nada de tradicional o conservador en su abordaje musical. Y lo ratifica aún más con el tema siguiente, el clásico Treat her right, que lo encara con el mismo desparpajo que el anterior. En el tercer tema -You’re what’s happenin’, baby- explota la fábula animada. Tras diez segundos de guitarra resonadora con slide, al mejor estilo Ry Cooder en Paris-Texas, la base electrónica irrumpe en clave chill out al tiempo que la voz de Gibbons se filtra entre el juego de manos del DJ. Suena a boliche, no a juke joint.

Sal y pimiento tiene decididamente un sabor latino. El barbudo está re loco pensará más de uno. Y sí… no es ninguna novedad. El hammond de Mike Flanigin acompaña el ritmo de las congas. En Pickin’ up chicks on Dowling Street la onda latina no decae y el Viejo se muestra atrevido, como si los años no hubieran pasado para una estrella de rock. El tema está cruzado por una mezcla osada y mucho groove. En Hombre sin nombre solo le falta gritar “¡Arriba!”. Canta en un español retorcido y hasta uno puede imaginárselo bailando. Pero cuando mete el solo de guitarra todo se transforma en punzante y criminal, como en su época de La Grange.

En Quiero más dinero hay mucho sampleo, una irrupción rapeada y un punteo tremendamente blusero. Hay que escucharla para entenderla. Y luego desestructura Baby please don´t go. No creo que a Muddy Waters le hubiera gustado como lo hace, mucho menos a Big Joe Williams. Suena muy diferente y provocadora. El disco termina en la misma línea, no decae. En Piedras negras le da un toque más melodioso y su voz rasposa lleva el estribillo con excelente vibra. El riff de Perfectamundo es un guiño a I love rock and roll de Joan Jett y el sampleo lo ubica con racionalidad en la línea del repertorio. “Fiesta”, grita Gibbons en el inicio de Q-Vo, que rescata la impronta jazzera de Jimmy McGriff con el hammond expeditivo de Flanigin, al que le interfiere el swing de su guitarra sin ponerse colorado. 

Y así se va Perfectamundo, un disco muy loco que invita a bailar y a despojarse de todos los prejuicios. Porque cuando la música es buena no importan tanto las clasificaciones.


3 comentarios:

guillermoblues dijo...

Un disco que se va a quedar por mucho tiempo en mi playlist.

Juan Urbano López dijo...

Martin Guigui es argentino y uno de los responsables de esta idea.

Rodrigo Bluesdemar dijo...

Ta bueno!!!! aunque sigo extrañando la primer epoca, soy fan incondicional!!