sábado, 30 de septiembre de 2017

Maestro de maestros

Johnny Jenkins
Otis Redding, Duane Allman y Jimi Hendrix son tres de los nombres que giran alrededor de la figura, olvidada, de Johnny Jenkins. Si tomamos a cada uno de ellos por separado, Jenkins es apenas una apostilla en sus biografías. Pero si contamos la historia con él como protagonista comprenderemos su enorme influencia. Este guitarrista zurdo y cantante contribuyó en los comienzos de las carreras de esos tres grandes músicos y, por ende, en el desarrollo del southern soul, el rock sureño y la psicodelia. Un verdadero maestro de maestros.

Jenkins nació en Macon, Georgia, el 5 de marzo de 1939 y creció en la pequeña comunidad rural de Swift Creek. Según el sitio AllMusic, de niño tuvo su primer acercamiento a la música gracias a la radio y quedó fascinado con artistas de R&B como Bill Doggett y Bullmoose Jackson. Su primera guitarra la construyó con una caja de cigarros y gomitas cuando tenía nueve años y tocaba por monedas en una estación de servicio.

Jimi Hendrix
A mediados de los cincuenta, Jenkins comenzó a tocar con más asiduidad en los bares y fraternidades de Macon y solía juntarse con otro guitarrista, zurdo como él pero un par de años más chico. Jimi Hendrix fue varias veces a Macon cuando era adolescente. Como sus padres se peleaban a menudo, él y su hermano se recluían en la casa una tía y así fue como respiró el aire sureño y tuvo sus primeros contactos con el blues. Y Jenkins fue una de sus grandes influencias. De eso dio cuenta el guitarrista Eddie Kirkland citado en las notas del disco recopilatorio de Hendrix, Blues. Con los años, se volvieron a ver al menos una vez más. Algunos señalan que zaparon juntos en 1969 en The Scene, un club nocturno de Nueva York.

A los 20 años, en 1959, Jenkins participó de un concurso radial y llamó la atención de Phil Walden, con quien entablaría una relación de décadas. Walden contribuyó para que Jenkins formara su primera banda, los Pinetroppers, en la que asomaba un joven Otis Redding.

Un hecho fortuito marcó la carrera de Jenkins y también la de Otis Redding. En 1962, Jenkins editó el single instrumental Love twist que fue un éxito regional -vendió unas 25 mil copias, según un artículo de The Guardian- y a raíz de eso fue invitado a Memphis a tocar con Booker T & The MG’s. Jenkins tenía pánico a volar y además no tenía licencia de conducir así que le pidió a Otis Redding que lo llevara en auto hasta a Memphis.

Otis Redding
En el estudio de grabación, Jenkins completó antes de tiempo una sesión con Booker T que no prosperaría y fue entonces cuando el ingeniero de grabación Jim Stewart y Steve Cropper centraron su atención en Otis Redding. “Yo pensé que Otis Redding era el chofer de Johnny Jenkins. Lo estaba ayudando con los amplificadores y sus cosas… se sentó por ahí durante todo el día mientras nosotros tocábamos. En un momento, cuando ya habíamos terminado, me dijo que él no tocaba ningún instrumento y empezó a cantar These arms of mine y yo lo seguí con el piano y Johnny con la guitarra”, le contó Cropper al biógrafo Scott Freeman. Así cobró vida una de sus grandes composiciones, These arms of mine, que fue editado por Volt -sello subsidiario de Stax- en 1964, con el tema Hey hey baby en el lado B.

Ese instante marcó el inicio de la exitosísima y breve carrera de Otis Redding. Agradecido, el cantante le ofreció a Jenkins que fuera el guitarrista de su banda, pero éste se negó porque por su miedo a volar no iba a poder cumplir con las giras. Irónicamente Otis Redding murió el 10 de diciembre de 1967 en un accidente aéreo.

En 1969, Phil Walden, junto a Alan Walden y Frank Fenter, fundaron Capricorn Records y al primer artista que contrataron fue a Jenkins. Había llegado el momento de que grabara su primer disco. Ton-Ton Macoute fue editado en 1970 y Jenkins contó con unos jóvenes músicos que pronto serían estrellas: Duane Allman, Berry Oakley, Jaimoe y Butch Trucks. Además de la base de los Allman Brotheres, colaboraron en el álbum los cantantes Eddie Hinton y Jimmy Nalls, y el tecladista Paul Hornsby. El álbum, que se convirtió en un clásico de Capricorn Records, fue producido por Duane Allman y Johnny Sandlin, y el repertorio estaba compuesto por una selección de blues y afines muy característicos de la época: desde el I walk on gilded splinters de Dr. John hasta Down along the cove de Bob Dylan. Pero también tenía algunos blues de raíz como Catfish blues (curiosamente figura como Rollin’ stone en los créditos), Leavin’ trunk, Dimples y My love will never die.

Tras ese gran disco llegó la irrupción de los Allman Brothers y Capricorn Records concentró todos sus recursos en ellos. Jenkins pasó a un segundo -o tercer- plano que lo llevó a prácticamente dejar el mundo de la música, más allá de esporádicas presentaciones en su zona de influencia. Pasaron más de 25 años para que volviera a grabar. Y fue Phil Walden quien lo convenció. En 1996, editó su segundo disco para Capricorn Records, Blessed blues, un álbum que, como indica su nombre, no presta lugar a la confusión. Allí volvió a contar con la colaboración de Sandlin y un invitado de lujo en teclados: Chuck Leavell. El repertorio incluye temas propios, covers de Sonny Boy Williamson, Blind Willie McTell, Muddy Waters y Elmore James, y una reedición de su single de 1962 que aquí renombró como Miss thing.

Si bien Capricorn Records fue vendida en 2000 a Volcano Entertainment, Jenkins ya estaba en el ruedo y en el ocaso de su vida grabó dos discos más de manera independiente: Handle with care (2001) y All in good time (2005). El 26 de junio de 2006, a los 67 años, sufrió un ACV y murió. Pero la leyenda ya estaba escrita.

1 comentario:

Luther Blues dijo...

Todo lo que sale de Macon estos ultimos años dan que hablar mi amigo , su Tonton Macoute es indispensable , saludos crack